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Soy amante de la literatura y como tal he abierto este espacio para compartir las sensaciones que me genera un libro.

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domingo, 2 de diciembre de 2012

Ficha Técnica


Título en Español:  Los Almajos
Editorial: Paréntesis
ISBN: 9788499192161
Páginas: 92
Encuadernación: Rústica
Año de edición: 2011

Anochece el veintidós de diciembre de 1951. Cuatro hombres juegan a las cartas en la cantina de El Majadal, un poblado de colonización del Patrimonio Forestal del Estado. Los cuatro han sido vencedores en la Guerra Civil. Cada cual a su manera, los cuatro arrastran su decepción, su miedo o su culpa: ninguno esperaba ese futuro.
Definitivamente, la guerra la han ganado muy pocos. España se ha convertido en un purgatorio en el que se expían unos pecados de los que se ignora su origen cierto, en un penal del que se desconoce la salida. Todos intentan acomodarse, pero uno, Fabián, entiende de pronto que esa salida le está vedada, que la suya es otra.
Los almajos es una novela tan breve como intensa, tan descarnada como perturbadora, que confirma a Juan Villa como uno de los principales narradores andaluces contemporáneos.

 

Autor


Juan Villa nació en Almonte (Huelva) en 1954. Ha publicado relatos, artículos de crítica literaria y arte en diversas revistas y periódicos. Además, colabora como columnista en la prensa diaria y dirige la colección de narrativa 'El fantasma de la glorieta' de la Diputación de Huelva.


Opinión Personal


Una historia en concepto importante que no se ha podido desarrollar bien.

Desde que nació este blog he reseñado ya algún libro con una temática cercana a las consecuencias de la guerra civil, tanto de lo sucedido con los derrotados (La voz dormida de Dulce Chacón), la vida que disfrutaban los vencedores (Bajas Esferas, Altos Fondos de Jesús Pardo) y como olvidados que fueron en vida hasta ahora no se han prodigado en muchas ocasiones, no lo puedo afirmar categóricamente pero nunca me había encontrado un libro basado en esa gente que ni se pueden considerar entre los ganadores ni entre los perdedores.

porque esta categoría se puede pensar, muchos de los supervivientes de esa guerra incivil fueron personas que para salvar su vida renegaron de lo que habían creído por lo tanto a la victoria de poder seguir existiendo murieron en vida al renegar de sus propios amigos, familiares y de lo que se cruzó o vieron en ese camino hacia una supervivencia vacía que queda perfectamente reflejada en la historia que el autor nos va relatando, pero por desgracia algo que ya desde su concepción es un mérito el autor no ha sido capaz de conseguir cuadrarlo y venderlo para que los lectores no ya compren el libro (si lo tienes es por esa razón) sino que puedan verse reflejados en los sufrimientos internos de ellos. Para ese sufrimiento el autor parece que como fobia al matrimonio hace que el protagonista sufra hasta lo indecible en esos momentos previos como cumulo al sufrimiento interno y externo que lleva padeciendo desde el momento en que reniega de sus convencimientos.

Va pasando por el libro una serie de personajes que en todo momento al lector le va dejando la sensación de que podían dar mucho mas de si, el recorrido que podrían tener, lo que podrían contar darían mucho más empaque a la historia, el compañero de oficina del protagonista es uno de ellos, que podríamos haber visto de esta historia de apátridas conceptuales que no creen en lo que viven y están fuera de lo que defendieron, pero si llegamos más allá incluso en el lenguaje que suponemos por los pocos rasgos que nos muestra el autor sobre ellos nos quedamos sin poder ubicarlos, no podemos pensar en unos sujetos como los reseñados y luego leyendo su forma de hablar y describir concebirlos como estos individuos de una clase social concreta que jamás podrían haber tenido  una conversación ni por asomo parecida en el vocabulario usado.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

El error de bulto de Ud. es que no ha entendido que el protagonista es impotente debido a una problema psicológico sufrido durante la guerra civil (relea el pasaje de la casa de putas de Aznalcóllar)y no "fobia al matrimonio". Mª José